“Entre velas y su guitarra: familia despide a Ángel Antonio, el joven hallado tras cinco días de búsqueda en Chachalacas”

Ángel Hernández

Xalapa, Ver.— En medio de flores blancas, veladoras encendidas y el retrato de un adolescente sonriendo con su guitarra, la familia de Ángel Antonio Martínez Landa enfrenta hoy el dolor más profundo: despedirlo.

Después de cinco días de búsqueda incesante, el joven de 14 años —desaparecido el pasado domingo 23 de noviembre en las playas de Chachalacas— fue localizado la mañana de este jueves en Playa Juan Ángel, a unos 10 kilómetros del sitio donde una corriente repentina lo arrastró mar adentro.

En la casa donde es velado, su madre, su padre, su abuelita y decenas de vecinos llenan el espacio con silencio y abrazos. Sobre el ataúd blanco reposan flores y la imagen que mejor lo representa: Ángel con su guitarra, la misma pasión que lo acompañó desde los primeros acordes que le enseñó su padre, hasta convertirse en guitarrista y vocalista del grupo “Isla Tropical”. En su escuela, incluso, enseñaba a otros jóvenes en la rondalla, donde —dicen— “siempre brillaba”.

“Estamos aliviados por haberlo encontrado, pero el dolor es infinito”, comparte Edith Ávila Seseña, familiar del joven. “Él era alegre, tranquilo, buen estudiante. Y brillaba cada que había música”.

La búsqueda inició desde el domingo, con el apoyo de Protección Civil Municipal de Úrsulo Galván, voluntarios, salvavidas y elementos del Escuadrón Nacional de Rescate. Durante cinco días, recorrieron dunas, escolleras y la línea de playa sin descanso.

Leonila Durán Durán, su abuela, recuerda entre lágrimas la súplica que repitió cada noche: “Yo solo pedía a Dios poder rescatar su cuerpo, darle cristiana sepultura. Hoy lo tengo en casa… y aunque estoy herida, finalmente tengo paz”.

La comunidad de Chachalacas no los dejó solos. Les brindaron hospedaje, alimentos y acompañamiento en todo momento. Un gesto que la familia reconoce con profunda gratitud.

Ángel será sepultado este domingo en el panteón de Banderilla, donde su familia espera seguir llevándole flores, música y la certeza de que su sonrisa —esa que todos recuerdan— permanece viva en cada quien que lo conoció.

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