
Ángel Hernández
Xalapa Veracruz.- Desde la perspectiva psicológica, la relación entre mente y cuerpo es estrecha, y la alimentación tiene un papel crucial en nuestro bienestar emocional.
Según Verónica Ramírez, psicóloga, cuando no se consumen los nutrientes necesarios para la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina —que regulan la felicidad y la motivación—, se incrementa el riesgo de ansiedad, depresión y alteraciones en el estado de ánimo.
Un patrón de alimentación deficiente puede generar falta de energía, desmotivación y un impacto negativo en la autoestima. En psicología se habla de un “círculo vicioso”: malestar emocional → alimentación inadecuada → menor energía → mayor malestar. Por el contrario, un “círculo virtuoso” que combina buena alimentación, ejercicio y equilibrio emocional favorece la salud integral.
Algunos alimentos, como el café, los refrescos y otros con cafeína, pueden intensificar la ansiedad al estimular el sistema nervioso, provocando temblores o inquietud. Mientras que opciones como el té verde o infusiones naturales tienen un efecto más calmante.
La percepción de los alimentos también influye: un platillo bien presentado puede despertar el apetito, pero el contexto emocional es determinante. Estar triste o tener pensamientos intrusivos puede disminuir el interés en la comida, independientemente de su apariencia.
Verónica Ramírez recomienda para mantener la salud emocional y física: comer tres veces al día con colaciones, mantener actividad física constante y cuidar la estabilidad emocional. Desde la psicología, esta combinación fortalece tanto la mente como el cuerpo.